Francisco Díaz, nace en Córdoba el 31 de Julio del año
1.944. Su primer nombre artístico fue el de “Paquito de Córdoba”, con el que ya
empieza a ser conocido en todos los ambientes flamencos de la provincia.
Ya se vislumbra en este joven, artista, una proyección, y su
resultado fue que en el año 1.977 fue invitado por la comunidad musulmana
actuando en Londres, donde interpreta pasajes del Corán, en estilo flamenco. En
1.980 actúa como monitor en lo Festivales Internacionales de Castress
(Francia).En 1.981, fue primer premio en el programa “Gente Joven” de TVE.
Ha actuado en las peñas flamencas de Córdoba, Almería, Huelva, Cáceres y otros puntos de Andalucía. Este es su palmarés, ya prolijo en su singladura artística.
Hacer un comentario sobre la calidad artística de un “cantaor”, siempre es tarea difícil y de responsabilidad, porque el conocimiento ha de superar a la exposición literaria; aún así la responsabilidad es mayor por una lógica racional, y es, que el comentarista se ha de enfrentar con un jurado crítico que sabe de lo que va.
Hablar de cante es materia que requiere, como en toda actividad, conocer el tema; pero hablar de cante en Córdoba ya es una gran responsabilidad que obliga a hilar muy fino, porque en esta parcela hay que descubrirse ante la afición de la tierra de los califas.
¿Qué puede decir este “aficionado” que ilustra, que no sepan los paisanos de Curro Díaz, y los que le han “escuchado” cantar?
Podría decir, y con esto estaría cumplido. ¡De Córdoba tenía que ser! Pero no es un cumplido lo que se merece este artista; es un justo y obligado comentario, sin más adorno ni floritura, y decir las cosas como son.
Si en el toreo se valora al gran lidiador, por saber parar, templar y mandar, en el cante de Curro Díaz se suman estas tres cualidades, que le identifican como lidiador flamenco. Por derecho, con temple, modulando y sacándose el cante y los “quejios”, del fondo de su alma. Toda matización de su melodía flamenca, estriba en que, al tocar los diferentes palos es un “cantaor general”; le llega al “aficionao” exigente, y esta exigencia no es nada más que oír cantar limpio, que es lo que debe dar todo artista, sin que al imprimirle su sello personal, desvalorice lo esencial, que son las raíces profundas de los cantes de Andalucía.
Por todo ello considero que Curro Díaz es un “cantaor” puro.
Francisco Barrionuevo Moncayo
Escritor y poeta malagueño.